El proyecto, manteniendo relaciones con la calle preexistente, agrega una nueva volumetría formalmente caracterizada por su geometría curvilínea capaz de construir las condiciones para el desarrollo del programa escolar mientras reequilibra todas las líneas y ángulos de la forma peculiar del terreno.
Las diferentes funciones se articulan en dos volúmenes (antiguo y nuevo) y se caracterizan por los diferentes objetivos de la propuesta arquitectónica y los diferentes requisitos del programa de una escuela para niños de entre tres y diez años. Para el edificio antiguo, el proyecto pretende recuperar el patio interior y todos los elementos que caracterizan las cuatro fachadas.
Los espacios interiores se rehabilitan dependiendo de los requisitos funcionales que el edificio debe cumplir y asegurando el equilibrio con su carácter arquitectónico específico. En este edificio se instalaron las funciones relacionadas con el uso público asegurando una relación fluida entre la escuela y la comunidad – oficina, sala de reuniones de la asociación de padres, sala de profesores, oficina y áreas de servicio de servicios, biblioteca, sala de computación, enriquecimiento curricular/música y servicios relacionados. El nuevo edificio alberga las aulas, el gimnasio, la guardería, la cantina, la cocina y los servicios relacionados y las salas de usos múltiples.
El nuevo volumen se caracteriza por: el sudoeste por una fachada que comprende un sistema de cuchillas que producirá una variación en el edificio asociado con los juegos, la creatividad y el rigor. El noreste por una fachada curvilínea hecha de hormigón y sucesivamente aislada y cubierta de azulejos. El uso de baldosas además de constituir un recubrimiento de naturaleza impermeable, busca establecer una relación de continuidad con una técnica antigua bien dominada por la cultura del Ovar constructivo. Para garantizar la continuidad de los espacios, se planificaron dos enlaces cubiertos entre los edificios en ambos niveles.