Se proponen dos viviendas unifamiliares «atresadas», planteando una redistribución de las parcelas en hilera objeto del encargo. La construcción mantiene las condiciones de edificabilidad y alturas máximas aplicables en la zona, y se adapta a la topografía de la parcela existente. Las dos viviendas se distribuyen en altura disfrutando ambas del ancho total de la nueva parcela (12 m), la cual es fruto de la agrupación de dos, en hilera, de 6 m de fachada cada una.
La nueva parcela tiene un desnivel, según el lado mayor, de 5 m de altura aproximadamente lindando a vía publica en tres de sus cuatro lados, de esta forma una casa aprovecha la parte inferior del solar adaptándose a la topografía y haciendo uso de ella (casa tierra), y la otra, en la parte alta, se abre al paisaje disfrutando de una vista cruzada de la montaña y la huerta (casa cielo). La Casa Tierra configura un zócalo del volumen total construido con piezas cerámicas combinadas con elementos de color, mientras la Casa Cielo esta compuesta de un volumen estructural de hormigón visto soportado por otro, en su parte inferior, acabado en vidrio espejo reflectante. El zócalo cerámico del volumen construido pretende ser algo más que la fachada de la Casa Tierra, se proyecta con la intención de configurar el volumen principal de la intervención, resolviendo de manera simultánea los cerramientos de ambas casas, por lo que se trabaja con los diversos grados de transparencia que puede ofrecer la pieza de botellero cerámico.
El programa de ambas viviendas también se adapta a la nueva distribución volumétrica del conjunto, la Casa Tierra ofrece un recorrido de usos y patios interiores fruto de su condición excavada en el terreno, la Casa Cielo se configura como un espacio pasante cualificado por las vistas cruzadas sobre el paisaje en cada una de sus estancias. Ambas casas realizan los retranqueos exigidos por la normativa, de forma que estos espacios, así como la cualificación de las cubiertas, dotan a la casa de terrazas verdes de uso en cada una de las viviendas. El acceso a cada una de las viviendas se realiza desde calles opuestas, Casa Tierra desde Av. Región de Murcia y Casa Cielo desde la calle peatonal trasera.
Los huecos de la pieza botellero se cierran con azulejos circulares de loza de diversos colores, constituyendo un cerramiento que satisface las necesidades funcionales de una fachada estándar, sin embargo, en el resto de zonas, la pieza botellero queda desnuda configurando una celosía que permite la visión a través de ella dependiendo de la posición del observador. Por lo tanto vemos que la fachada cerámica está compuesta por dos elementos distintos, el primero es la pieza botellero, que construye el volumen principal de las dos viviendas. La segunda son una serie de azulejos circulares de diversos colores fabricados por un artesano local. Éstos rellenan los huecos de la pieza botellero allí donde la fachada ha de constituirse como cerramiento, distribuyéndose de acuerdo a un patrón de degradado que sitúa el color verde en la zona inferior, como continuación de la jardinería, y el azul en la superior, combinándose con el color del cielo en los huecos de la celosía. El azulejo de loza también es empleado en la fachada para grafiar de manera sutil los nombres de cada una de las dos viviendas, cielo y tierra.
Privado
Jesús Galera
Estructura: Eduardo Diez, IDEEE
David Frutos