Localizado a pocos metros del Jardín del Príncipe Real en Lisboa, esta parcela de 41 m² permite la construcción de un pequeño edificio urbano de 5 pisos destinado a convertirse en una residencia familiar. La exigüidad de la parcela condiciona un esquema en el que cada planta tiene una función y una disposición diferentes donde todos los pisos están comunicados entre sí a través de un atrio vertical de geometría variable, proporcionando así un ascenso progresivo bañado por la luz natural. Además de sus cualidades espaciales, este atrio funciona como una chimenea térmica de enfriamiento pasivo durante la primavera o el verano que también permite una renovación constante de aire durante todo el año.
La dificultad de establecer una zona de construcción tradicional en una parcela tan pequeña terminó derivando en la adopción de un sistema de construcción de acero ligero – conocido como LSF – el cual tiene un rendimiento térmico y acústico excelente; siendo así el primer edificio en Lisboa construido con este sistema.