El proyecto ha nacido rastreando el lugar.
En contraposición al edificio de viviendas que pretende diluirse en el contexto, en el edificio de la escuela Massana buscamos singularidad. Si en las viviendas queríamos una escala doméstica, en la escuela trabajamos con una escala mayor y más abstracta. Sin embargo, con el objetivo de evitar que la escuela capitalice toda la plaza, situamos la entrada principal delante de la futura conexión con el patio de la Biblioteca de Cataluña y creamos un nuevo espacio público entre la plaza de la Gardunya y la plaza del Canonge Colom. El resultado es un edificio dinámico cuya fachada principal evita la frontalidad respecto a la plaza de la Gardunya.
El acceso principal a la escuela se sitúa en la calle Florista de la Rambla buscando un vínculo con el futuro pasaje y los jardines de Rubió i Lluch. Además de este acceso principal, la escuela cuenta con otros secundarios que se plantean en función de las necesidades programáticas de la escuela: una entrada secundaria situada en la plaza de La Gardunya vinculada a la sala de exposiciones, y otra junto al Mercado de la Boquería que conecta con el salón de actos. Este último acceso podrá funcionar de manera independiente para el desarrollo de actividades culturales fuera del horario de la escuela.
El programa del edificio se desarrolla principalmente en planta baja y en cinco plantas superiores, más una planta sótano, organizándose según su uso, ya sean talleres o aulas. Las aulas hacia la zona sur del edificio y los talleres hacia la zona norte están separadas por un gran atrio central, que actúa como un pasaje urbano en potencia de manera que garantiza que el espacio interior de la escuela se perciba como abierto y unitario. Además, una terraza al final de cada espacio de circulación nos abre el edificio hacia la plaza, respondiendo así a la voluntad manifestada por los mismos profesores de disponer espacios abiertos de relación entre los alumnos.
Aunque cada fachada de la escuela se explica en relación a su contexto -siempre diverso- y, a pesar de la geometría fragmentada del terreno, creemos haber conseguido un edificio con fuerte presencia unitaria. La escuela, que representa una institución de futuros artesanos y diseñadores, la revestimos con un material cerámico de grandes dimensiones fabricado de manera artesanal y única para nuestro edificio, lo que ayuda a aportarle un carácter singular y emblemático.
La fachada cerámica fabricada por Ceràmica Cumella recuerda a un brise-soleil que cubre el exterior del edificio y enfatiza su voluntad volumétrica a la vez que protege la privacidad del estudiante. Estas piezas de 14x12x90 cm que la componen, se han conformado mediante gres blanco con aportación de óxido de hierro para lograr la intensidad de color que permite adaptarse al antiguo barrio de la Barcelona circundante. Extrusionadas y cocidas a alta temperatura (1.240ºC) en atmósfera oxidante-neutra, logran una absorción de agua inferior al 4% cumpliendo así con la Normativa Europea en cuanto a resistencia mecánica, al hielo y a los ataques de álcalis y ácidos. Por otra parte, en cuanto a la tolerancia dimensional y de torsión es de máximo 2 mm sobre los 90 cm de longitud.
Consorci d’Educació de Barcelona
Arquitecto director de proyecto: Samuel Arriola
Arquitectos colaboradores: Elsa Martí, Roberto Carlos García, Holger Hennefarth, Blanca Perote, Ana Isabel Rodríguez, Inés Senghour, Francisco Olivas
Dirección de ejecución: ENTROPIA – PCG
Estructura: OMA – MASALA Consultores
Instalaciones: INDUS Ingeniería y Arquitectura
UTE Massana (ACCIONA – COPCISA)
Plaça de la Gardunya 9, 8001 Barcelona, Spain