Nuestra ordenación, ganadora del concurso urbanístico, dispone los edificios de la ampliación del campus a ambos lados de un parque lineal que organiza los tráficos peatonales. Este primer volumen resuelve el frente de la calle Madrid conectándose en pasarela con el edificio preexistente en la parcela y permitiendo el cruce en su zona central a través de un gran foyer que conecta el nuevo parque con el resto del campus. A ambos lados de este foyer se organizan, en 2 plantas, la biblioteca de humanidades en un lado y el aulario en el lado más próximo a las clases preexistentes. Sobre estos, se organiza en una planta la zona departamental.
El diseño del edificio se sustenta en nuestro compromiso con la innovación y la sostenibilidad, con el convencimiento de que una y otra van de la mano. Por un lado, frente a una arquitectura docente, tradicionalmente rígida, sistemática y repetitiva, apostamos por una arquitectura flexible, diversa y humanizada; una arquitectura menos confiada en ser reflejo de la autoridad de la institución y más atenta a dar servicio a profesores y alumnos creando diversos espacios de encuentro donde acomodar un gran número de nuevos modelos de aprendizaje e investigación. Por otro lado, el edificio responde al creciente compromiso de todos los participantes con la sostenibilidad medioambiental, ya que durante el proceso del proyecto y construcción se han incorporado innumerables medidas de eficiencia energética, consiguiendo un grado de excelencia no alcanzado hasta ahora en España por un edificio docente. Será el primero de este uso con Certificación LEED y va a ser obtenido en su grado más alto LEED PLATINO.
El proceso de gestación del edificio ha constituido un intencionado movimiento pendular entre la confianza en el sistema y la repetición, y la búsqueda de la excepción y la diversidad. El sistema y la repetición, por un lado, ofrecen una tranquilizadora coherencia y economía de medios, al tiempo que ofrecen una intensa flexibilidad. Asimismo, la excepción y la diversidad humanizan la arquitectura, y dotan al usuario de libertad entre múltiples posibilidades de uso concediéndole protagonismo. Así, las crujías repiten una estudiada modulación que resuelven con eficacia aulas grandes o pequeñas y despachos. Sin embargo, estas crujías se quiebran buscando visuales, adaptándose al entorno y dando valor a los espacios de comunicación.
El uso extensivo de pocos materiales en todo el edificio se explora hasta sus últimas posibilidades, exigiéndoles cualidades que les permitan responder de forma eficaz y atractiva a situaciones muy diversas. En un campus de edificios de hormigón blanco y ladrillo caravista, se apuesta por una fachada que reproduce estos dos materiales reinterpretándolos en términos de sostenibilidad. Entre bandas corridas de hormigón prefabricado descontaminante, que sombrean las fachadas en verano, se extiende una piel cerámica del mismo tono que el caravista de los edificios contiguos.
Pieza cerámica. La fachada está compuesta por piezas extrudidas de barro cocido formando una fachada ventilada de extraordinaria eficacia térmica, que al mismo tiempo esconde la estructura entre la geometría de sus pliegues. La repetición de un mismo elemento extendido a lo largo de 6.800 m2 de fachada permitió diseñar la geometría de la pieza y sus estrías generando una fachada de vibrante textura. En la parte alta del edificio la fachada se convierte en una celosía que esconde las instalaciones de cubierta permitiendo la ventilación de estos espacios. Para ello se sustituyen algunos módulos por celosías de baguetes del mismo material, continuando la textura irregular que el salpicado de ventanas da a las fachadas.
Premio Cerámica ASCER 2013. Finalista categoría Arquitectura
Universidad Carlos III de Madrid
Juan Beldarrain
Marta Badiola
Itziar Combarros
Nestor Asurmendi
Mace Management (Dirección ejecutiva)
Úrculo ing. (Instalaciones)
Valladares ing. (Estructura)
Vega ing. (LEED)
Francisco Berreteaga