El Antiguo Mercado Central (1926) cerró en 2003, tras 90 años de funcionamiento, dejando en total abandono y deterioro un área muy activa de la ciudad. El concurso de ideas pedía trasladar allí tres centros educativos de la ciudad: el Conservatorio profesional de Música, la Escuela Oficial de Idiomas y un Centro de Educación de Adultos. Cada unos de ellos de unos 2.500 m2 con un total de 1600 alumnos.
Aprovechamos la situación del Mercado en el borde-frontera de dos comunidades (musulmanes y cristianos) para proponer un “catalizador social“ que las vuelva a juntar y relacionar, proponiendo diálogo tras el distanciamiento de los últimos años. Trabajamos con la memoria y la identidad. Se regenera la ciudad manteniendo el viejo mercado y fomentando los lugares de encuentro en plazas y vestíbulos. Recolocamos el Mercado en el imaginario colectivo para que los ciudadanos lo hagan suyo. Reprogramar la ciudad: los nuevos programas crecen verticalmente hasta completar los programas. Al no tener apenas cimentación, decidimos no excavar, insertamos una nueva estructura y nos elevarnos. Sobre la sólida preexistencia crece una intervención ligera y a escalar.
Finalmente se reinterpretan los materiales locales cerámicos y los sistemas constructivos se adaptan al clima local logrando un mínimo gasto y mantenimiento del edificio.