El objeto de este proyecto es el acondicionamiento interior y exterior de las estaciones de Mercabarna, Parc Logístic y Europa Fira de la línea L9. El conjunto de las actuaciones previstas en arquitectura, acabados y instalaciones son las del ámbito estrictamente no ferroviario.
Apostamos por una propuesta que con los mínimos medios saque el máximo partido de las condiciones que son propias de una construcción subterránea. Queremos un espacio más geológico que edificatorio, siguiendo la clásica lógica de que el «lugar», en el sentido más profundo del término, es fundamental en la resolución de cualquier programa arquitectónico.
Por lo tanto, se propone el uso del menor número de materiales, aprovechando incluso los que ya están presentes en la obra civil-estructural, como son los muros-pantalla, los puntales de la construcción, los forjados prefabricados, etc.
Los materiales que intervienen en la obra serán: los muros-pantalla con acabados anti grafitti, los revestimientos de chapa metálica, los pavimentos porcelànicos, la iluminación industrial que asume formas diferentes (lineal, puntual, industrial, etc.) las barandillas metálicas y ascensores de acero y vidrio, los bancos prefabricados y el mobiliario propio de TMB (máquinas tiquets, barreras tarifarías, carteles informativos, etc.)
Otro tema argumental del proyecto gira entorno a la exigencia de cerrar con puertas de andén el convoy cuando se encuentra estacionado en la estación. Este hecho se integra como un elemento positivo para la composición general de la propuesta: El cierre se hace total y el proyecto se convierte en un ejercicio de fachadas. Fachadas enteras que buscan un dominio absoluto de las secciones. En resumen, una estrategia de control de los espacios: accesos, vestíbulos, andenes y recinto del metro.
El conjunto aspira a ser atemporal (no sujeto a figuras y materiales de moda), de buen envejecimiento y fácil mantenimiento, y que mantenga un cierto aspecto de espacio-vacío aunque haya muchos usuarios.