MICROCITY El proyecto está construido en una zona densa de Bruselas, cerca del canal, una zona históricamente industrial. La plaza frente a la parcela es un bolsillo urbano activo donde se encuentran tranvías, mercados, escuelas, iglesias y actividades públicas. Esta mezcla también estaba muy presente en la parcela en cuestión. En la plaza, una antigua casa de finales del siglo XIX esconde dos largas naves industriales que comparten un patio. En este contexto saturado y al «excavar» dentro de la masa construida de la parcela, se crea un conjunto de viviendas con 3 volúmenes multiorientados que comparten un generoso jardín común. El proyecto es una aglomeración de volúmenes y escalas en una zona verde. Una típica casa de pueblo de Bruselas, su extensión se asemeja a una ruina romana, una fachada industrial de ladrillo, algunos escalones redondeados, algunos elementos de las construcciones pasadas y los nuevos volúmenes de azulejos; todos con su espacio exterior privado con vista al jardín común … Desde la plaza pública, tan pronto como se abre la puerta principal, una transición suave entre lo público, lo común y lo privado y el flujo entre lo construido se siente como caminar en un pequeño pueblo, una microciudad. En esta idea de generar una pequeña comunidad, la planta baja se organiza con programas que pertenecen a todos. El aparcamiento de bicicletas y un pequeño taller dentro de ladrillos de vidrio se encuentran bajo el volumen central. Jardines semiprivados y espacios de estar articulan el área común. En esta planta baja compartida, todo es fluido y transparente acentuando este sentido de pertenencia al conjunto. GENIUS LOCI El proyecto respeta el ADN del lugar. Transformar un sitio industrial en viviendas no debe matar su identidad original. Un proyecto promocional en un sitio así no debe rimar con fachadas enlucidas blancas y ventanas de plástico. Se prestó una gran atención a los materiales. Tanto para el exterior como para el interior, la materialidad evita cualquier artificio. Se muestran como son y se valoran como adornos. Los bloques de hormigón no tienen pintura, se muestra la estructura y el proyecto compone con ellos. No hay medios bloques, no hay medias baldosas; todo encaja. Además, muchos elementos presentes en el sitio antes del proyecto se reutilizan, reinterpretan y reorganizan. Las puertas existentes en el interior de los apartamentos, las baldosas de “porfirio” reorganizadas para el camino exterior, el edificio central está parcialmente sostenido por la antigua estructura de hormigón del antiguo cobertizo. La forma de los nuevos volúmenes se ajusta a los contornos del antiguo cobertizo. Los retranqueos son necesarios para mejorar la calidad de vida de cada unidad. Esta transformación orgánica de las formas genera cualidades espaciales peculiares que solo pueden pertenecer a ese lugar específico. El volumen rojo es un volumen abstracto masivo que se alza sobre un nivel del suelo transparente. Esta fuerte identidad pertenece al lenguaje industrial pero también se adapta a la vivienda en este entorno. El proyecto quiere prolongar la historia pasada y respetar el “espíritu del lugar”, pasó de la industria a la vivienda pero sigue estando en un entorno industrial. INTERIOR Los dos nuevos volúmenes dentro del patio están contra los muros vecinos. Esos muros están “inflados” para albergar todos los elementos técnicos, así como la circulación, las cocinas, los aseos y los baños. Por lo tanto, las zonas de estar y los dormitorios se empujan hacia la fachada y la luz.